Por Mayobanex De Jesús Laurens
El
pago de los tributos o impuestos al Estado existe desde tiempos
inmemoriales, pues es la principal vía de ingresos que tienen las
naciones para atender las demandas de la población en cuanto a salud,
educación, carreteras, viviendas, acueductos y otras formas de
desarrollo de la humanidad.
Las vías de ingresos del Estado
En nuestro país, las principales fuentes de ingresos del Estado vienen
dadas por la vía del Impuesto a la Transferencia de Bienes
Industrializados (ITBIS), el Impuesto sobre las Ganancias o Renta (ISR),
el Impuesto a los Activos, los cargos o impuestos aduanales y otros más
contemplados en nuestras leyes tributarias de recaudación.
Las exigencias de los organismos financieros
Los organismos financieros internacionales, que prestan sus recursos a
las naciones soberanas mediante aprobación congresual de las cámaras
legislativas, son cada vez más exigentes con el repago o retorno del
llamado “servicio de la deuda”, por lo que exigen transparencia fiscal,
tecnología de avanzada en las instituciones recaudadoras de impuestos y
un sistema de monitoreo permanente para evitar las evasiones.
Tras el control de la evasión
La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) está cada vez más
exigente con el cumplimiento de la Ley Tributaria, el reglamento de la
misma y las normas que les sirven de soporte, con lo cual buscan que los
contribuyentes cumplan sus compromisos fiscales.
Dentro
de las últimas medidas adoptadas por la DGII, como forma de seguir
controlando la evasión fiscal, está la implementación de las llamadas
soluciones fiscales o impresoras fiscales, una especie de información
online entre la empresa y la entidad recaudadora estatal, para manejar
las ventas, el inventario y las demás operaciones de las entidades.
Primitivismo empresarial y comercial
En Barahona hay acumulado un primitivismo empresarial y comercial
heredado, que lleva a los propietarios de negocios a manejarlos como un
todo, sin sistema de contabilidad organizado, con ausencia de control de
auditoría interna, o sistema de controles financieros y operativos, sin
tecnología de software para el manejo de las operaciones y la falta del
debido control del inventario continuo o permanente.
La necesidad de un buen sistema de contabilidad
La falta de un sistema de contabilidad riguroso y de los controles
adecuados, con una estructura de personal capacitada y de seguimiento,
conlleva a que muchos empleados les hurten tanto dinero como mercancía a
los empresarios y comerciantes, generándose una pérdida anual cuantiosa
por no hacerse la inversión en ese sentido.
Adaptación al cambio y oportunidad
El empresario o comerciante visionario, emprendedor, de éxito, es el
que ve cada proceso de cambio como una oportunidad y no como un
obstáculo para su crecimiento. Invertir en tecnologías y en un riguroso
sistema de contabilidad y de auditoría, o controles internos, es la
garantía de crecer organizado de forma sostenida en los negocios.
Cuando
se lleva contabilidad organizada, automatizada, cumpliendo con la DGII,
registrando todas las operaciones comerciales, con buena asesoría
fiscal para hacer las cosas bien y correctas, genera a los empresarios y
comerciantes tranquilidad emocional, una vida tranquila, en
cumplimiento con el Estado y de seguro que pagarán menos impuestos de lo
que actualmente pagan por las intimaciones, moras y recargos por
incumplimientos.
La DGII cada vez más tecnificada
La DGII está cada vez más rígida, moderna, automatizada, con las
capacidades técnicas requeridas para demostrar las evasiones y poner a
los evasores en condiciones que tengan que pagar “por las buenas o por
las malas”.
Ya
no hay salida para el engaño tributario. Hay que ponerse al día. Estar
avalado con su Registro Nacional de Contribuyente (RNC), cumplir con la
Ley de Sociedades, manejar los comprobantes fiscales, tener instaladas
las soluciones fiscales, cumplir con subir al sistema las informaciones
diarias y mensuales y presentar sus declaraciones juradas mensuales y
anuales…”todo por la regla”.
El reto de los asesores fiscales
Los asesores fiscales deben protegerse en su oficio como contadores
dedicados a la gestión tributaria de consultoría profesional. Hay que
exigir la firma de una Carta Compromiso, en donde el propietario del
negocio y el asesor establezcan los acuerdos de presentar todas las
informaciones al fisco, de forma veraz y transparente.
La
Carta Compromiso debe hacerse acompañada de un Acto Notarial, para que
el propietario plasme sus verdades y el asesor se comprometa a hacer las
cosas bien, con el pago justo y las competencias profesionales
adecuadas para el trabajo.