Por: Lic. Jorge A. Abreu Eusebio.
A raíz de los planteamientos de
la gran mayoría del Pueblo Dominicano, en el sentido de que la Carta
Magna se modifique para que el Compañero Presidente Danilo Medina pueda
reelegirse y optar por un nuevo período presidencial, porque entiende el
Soberano que él merece otra oportunidad para que siga gobernando bien
como lo ha hecho, con su estilo de gobernar semejante al del Profesor
Juan Bosch.
Si bien es cierto que la
Constitución del 1963 prohibía la Reelección Presidencial, no menos
cierto es que después del aciago golpe de Estado que cercenó la
Incipiente Democracia Representativa, él es quien plantea la Tesis de la
Dictadura con Respaldo Popular.
El Pueblo en el 1965 fue quien
apoyó la revuelta y el regreso de Bosch y a la Constitucionalidad, el
mismo que hoy propugna por Reforma Constitucional. No es algo antojadizo
del Presidente ni de sus seguidores. El Soberano ejerce sus poderes por
medio de sus representantes, quienes en el Congreso, son los Senadores y
los Diputados.
Vista estas circunstancias, los
miembros del Comité Central se reunieron por regiones y pidieron al
Comité Político que se pronunciara y adoptara una postura frente a este
tema, el cual en su seno, cumpliendo con el centralismo democrático, fue
aprobado, creando una comisión para que redactara el proyecto para la
modificación constitucional, sujetándose al clamor popular, cuyo
fenómeno es único en nuestra historia republicana.
Las consciencias de las masas
son las que piden tal modificación, para que Danilo pueda repostularse
por cuatro años más, en beneficio del interés nacional y las grandes
mayorías.
Muchos no conocen la mecánica
del PLD porque son enganchados y no les ha costado sacrificios como a
muchos de nosotros. En política se hace lo que conviene.
No se hicieron esperar las
reacciones de los grupos que no quieren que esto ocurra, poniéndose en
contra del Pueblo y desoyendo el mandato del Comité Político, a quienes
deben obediencia y los puestos que ocupan y dicho sea de paso, muchos de
ellos cuestionados en la legalidad de su elección.
Los legisladores del PLD son
sujetos obligados a cumplir con la línea política trazada y los que se
atrevan a desafiarla, el único camino que queda es el de la expulsión.
El alegato de que se necesita
referendo o que la constitución está por encima de todo, es un argumento
simulador y carente de aplicabilidad legal, para fastidiar y hacerse
sentir. Muchos de ellos y ellas sí violaron la constitución para llegar a
esos puestos apadrinados por los entes que estos defienden y que están
Fritos en sus respectivas Provincias y ahí el por qué de sus conductas:
Quieren repostularse y son “enemigos de la reelección”. Muchos de ellos,
han llegado hasta el irrespeto hacia el Primer Mandatario; otros
utilizado el nombre de Bosch para sus planteamientos cantinflescos,
hablando de principios, valores y de institucionalidad, sin tener,
muchos de ellos, ninguno de estos atributos y mucho menos calidad moral
para hacerlos e inclusive han comparado a Danilo con Báez, Trujillo y
con Santana, sin detenerse a ver la otra cara de la moneda que puede
verse como Fulgencio Batista, el Consejo de Estado, El Triunvirato,
Carlos Menem, Calígula, Nixon, Carlos Salinas, Antonio Noriega o Augusto
Pinochet; son los que prostituyeron el PLD y manejaron a su antojo el
aparato estatal para su provecho, para aplastar a todo aquel que le
adversaba políticamente y disfrutaron su festín de los Césares.
Parece que no están midiendo las dimensiones de las consecuencias si no usan la ecuanimidad. Nada se oculta bajo el sol.
¿Qué consagran la Declaración de
Principios y los Estatutos del PLD al respecto?: El PLD es popular,
porque su compromiso fundamental es con el pueblo; Es abanderado y
portavoz de los intereses generales de los ciudadanos y no debe, en modo
alguno, representar intereses particulares o grupales que entren en
contradicción con el proyecto colectivo; Debe tener capacidad de
interpretar y representar diferentes demandas sectoriales y locales,
siempre y cuando estas sean expresiones de aspiraciones e intereses
colectivos legítimos; El derecho a la discrepancia y a la libre
expresión de los miembros de la organización deben apuntar a fortalecer
el proyecto colectivo, no a debilitarlo.
En el PLD la discrepancia y el
debate deben dirigirse a la cohesión y al fortalecimiento del Partido.
Las diferencias deben manifestarse desde la lealtad, con espíritu
constructivo, con respeto a las decisiones adoptadas por las instancias
partidarias; La unidad del Partido es una condición fundamental de su
existencia; quien atente contra ella atenta contra el Partido y será
sancionado; El respeto a los métodos de trabajo y su base teórica, junto
al conocimiento y promoción de los objetivos estratégicos y tácticos
del Partido, es la base de la disciplina consciente de las y los
miembros, así como de la mística y la unidad del Partido; Todos los
miembros deben observar la disciplina partidaria; la minoría se
subordina a la mayoría.
El Partido reconoce y garantiza
los derechos de todos sus miembros y de los organismos intermedios y de
base a expresar sus posiciones a lo interno de la organización. Las
decisiones democráticamente adoptadas por los organismos superiores son
de obligatorio cumplimiento conforme al orden jerárquico; Son derechos y
deberes de los y las miembros del Partido, Cumplir y hacer cumplir los
Estatutos, los acuerdos y las resoluciones del Partido, así como sus
métodos de trabajo y las decisiones de la dirección partidaria; El
Comité Central es la dirección e instancia superior del Partido después
del Congreso; El Comité Político es el organismo ejecutivo del Comité
Central y tiene entre otros funciones, disponer las medidas que aseguren
el cumplimiento de las tácticas generales establecidas por el Comité
Central, tomar las decisiones de lugar en todos los casos que, a su
juicio, puedan afectar la vida del Partido y dirigir la política
Congresual y Municipal del Partido. Los estatutos son claros.
Los preceptos señalados
precedentemente, ponen de manifiesto de manera clara y meridiana, que
todo aquel o aquella que no los cumpla o los desobedezca, se le aplicará
la disciplina y son pasibles de ser expulsados del PLD. Es un acto que
no debe ser dejado de pasar por alto, no importa las consecuencias. Ya
Juan Bosch lo hizo en una ocasión y después de la reforma del 2002,
también. ¿Por qué ahora no?. Creemos no debe haber vacas sagradas, ni
gentes con costillas benditas.
Viendo las cosas en perspectiva, estos sin el PLD son cadáveres políticos.
Lo que hay en el panorama
político es algo parecido al caso Elián González, que mientras los
anticastristas de Miami querían que éste se quedara, la inmensa mayoría
del pueblo Estadounidense aprobaba que fuera con su Padre para Cuba y
eso prevaleció.
Aquí, mientras por un lado un
grupito “quiere respeto a la Constitución y repudia la reelección”, el
cual manejó los hilos de poder a su antojo, echó el Boschismo al abismo y
defecaron en todo el mundo; por otro lado la gran mayoría del Pueblo
Dominicano está de acuerdo que Danilo Medina gobierne hasta el 2020,
como lo dicen todas las encuestas que hasta el momento se han hecho de
manera seria. ¿Acaso ahora por conveniencia objetan estos métodos de
valoración?; ¿No creen en ellas porque sus números no les dan?; Todo es
según el color del cristal con que se mira. ¡¡Cuánta mezquindad y doble
moral!!
La bola está en la cancha y el árbitro dió por iniciado el partido. Observaremos el score final. ¡¡Ya veremos!!.-
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