ASUNTO DE VIDA! El Suroeste se quedó sin agua

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Martín Polanco/Tomado de El Caribe
Con la presa Sabana Yegua tocando fondo, el Yaque del Sur sumando poco y sin lluvias, la situación preocupa
La presa Sabana Yegua, en Azua, ha llegado al nivel más crítico
que puede existir y su abastecimiento está sujeto a la naturaleza, si
ésta aporta aguaceros de importancia.
La presa Sabana Yegua, en Azua, ha llegado al nivel más crítico que puede existir y su abastecimiento está sujeto a la naturaleza, si ésta aporta aguaceros de importancia. (Edward Roustand)
Barahona.- Si las poblaciones
del Sur de República Dominicana no se habían alarmado por la escasez de
agua que tiene la región, es importante que se preparen para una
racionalización extrema, especialmente en los hogares donde aún llega
algo del líquido.
Ríos y canales completamente
secos, plantaciones prácticamente exterminadas por una sequía que no les
tuvo piedad, tierras que sus dueños han dejado ociosas de manera
forzosa, la presa de Sabana Yegua en un nivel rígidamente crítico,
amenazando con quedarse sin líquido, y una naturaleza que no ha avisado
si traerá lluvias ni cuándo, es el panorama actual en provincias como
Azua, Barahona y Bahoruco.
La
situación es más seria de cómo podrían estar imaginando algunos de los
residentes en esas demarcaciones. La presa de Sabana Yegua está en la
cota o altura 358.46 (metros sobre el nivel del mar), con una entrada
diaria de agua a su vaso de 7.8 metros cúbicos por segundo y con una
salida de cuatro metros cúbicos por segundo. La presa en su estado
normal, recibe entre 14 y 20 metros cúbicos de agua, sin que se
produzcan grandes lluvias. Cuando llueve mucho entonces la cantidad
sube.
El hecho de que
a Sabana Yegua le entren 7.8 metros cúbicos y le saquen cuatro para
riego y otros usos, no significa que la cosa está buena por aquí. “Lo
real es que la presa prácticamente está seca”, y eso lo confirmó a
elCaribe el ingeniero Guillermo Comas, encargado de Distrito de Riego de
la Provincia de Azua.
Cuando la presa está en la cota
358 quiere decir que está seca, porque ha entrado a un punto en el que
hay que dejar de operarla. El embalse, debajo de la cota 357 no puede
ser utilizado, porque menos de ese nivel la represa solo tiene lodo.
Dentro del panorama de gravedad ha habido una tímida mejoría, si se toma
en cuenta que hace diez días la entrada de agua al lugar era de apenas
dos metros cúbicos por segundo.
La
demanda que tiene la presa Sabana Yegua es grande, por las poblaciones y
las tierras agrícolas que dependen de su actividad. Concretamente, el
agua que está generando (7.8 metros cúbicos) no alcanza ni siquiera para
abastecer a Azua, que requiere 13 metros cúbicos, de acuerdo a los
cálculos de Comas. Barahona requiere alrededor de 20 metros cúbicos. En
general, el agua que existe en Sabana Yegua no alcanza para mucho,
advierten el experto Comas y representativos de las comunidades
visitadas.
De hecho, la Obra de Presa (que
es una especie de jaula que tiene Sabana Yegua en su centro y que se
observa desde lo alto, cuando alguien se detiene a mirarla por los
bordes) está al descubierto. Y cuando esa parte puede verse a simple
vista, porque la falta de agua la dejó al descubierto, significa que la
presa está seca y significa también que cuando se alcanza ese nivel, si
se le sigue extrayendo agua, se corre el riesgo de que se dañen las
turbinas.
Sabana
Yegua es alimentada por el río Yaque del Sur, Grande o río en Medio y
el río Cuevas. De manera individual, cada uno de ellos está aportando
poco más de dos metros cúbicos, muy por debajo en su estado normal.
Lo que le espera al Sur no es
nada halagüeño, salvo que la naturaleza haga su aporte y se cumplan
algunos pronósticos ofrecidos por el predictor de la Oficina Nacional de
Meteorología (Onamet), Bolívar Ledezma. El experto asegura que desde la
segunda quincena de abril y el mes de mayo comienzan a aparecer las
nubes de gran desarrollo que son las que causan los aguaceros. Es lo que
se conoce como “Período Convectivo”, surgen nubes cumulonimbos, de gran
desarrollo, que generan los truenos, relámpagos y aguaceros que en
ocasiones pueden llegar a producir hasta cien milímetros en apenas una
hora.
Si “las cosas” se dan y cae
agua, entonces podría revertirse la situación. “Yo mismo ni me acuerdo
de la última vez que por Barahona llovió”, dice el presidente de la
Junta de Regantes, Rafael Silvino Matos. Sus expresiones no son una
exageración, como tampoco lo son, los ruegos en las distintas
comunidades para que “Dios mande agua en cantidad suficiente para que la
presa y los afluentes se llenen, sin provocar daños”. Una de esas
personas es Julio Ernesto Féliz, un hombre creyente en la Providencia
Divina y residente en Cabral.
Las
juntas de Regantes de Azua, Barahona y Neiba y los distritos de riego
de las mismas comunidades están preocupados por la sequía y por la
imposibilidad de mermar sus efectos con los actuales sistemas hídricos
de la zona. Por eso, acordaron un manejo de “tandeo” o alternación, que
incluye dar agua siete días para lo que ellos llaman “sur profundo”
(Barahona, Neiba y Jimaní) y seis días para Azua. Todos esos sitios
están “obligados” a manejarse con los cuatro metros cúbicos de agua que
les garantiza hasta ahora Sabana Yegua. No hay más nada disponible.
Cuando en un lugar el agua no
aparece los efectos se sienten de inmediato. Y en comunidades como
Sabana Yegua y “El 15 de Azua, lo saben, así como en Jaquimeyes, Cabral,
Palo Alto, Pescadería (de Barahona) y en Tamayo (perteneciente a
Bahoruco), entre otros puntos geográficos, porque los productores
agrícolas lo han sentido en sus propios bolsillos.
En Tamayo, por ejemplo, se
murieron plantaciones de tindora (un producto muy parecido al pepino) en
tierras propiedad de Marcos Antonio Féliz, Fabián Matos, Evangelino
Féliz y Crescencio Gómez. La explicación de por qué el cultivo no
prosperó, posiblemente está a la vista de todo el que entra a Tamayo y
observa enseguida el río seco que no pudo hacer su aporte para las
siembras.
Pero el drama lo sufren también
los hogares de Tamayo. Por ejemplo, en Santana las llaves duran hasta
cinco días sin recibir una gota de agua; en Monserrate se aparece cada
tres días y no mucho; en Los Coquitos y San José a veces llega algo cada
dos días. “La cosa por aquí es para que estemos alarmados”, sostiene
Josefa Cuevas, encargada de Organización de la Junta de Regantes de
Tamayo. Josefa fue quien ofreció el dato sobre los turnos para agua de
uso doméstico.
En El Limón aseguran que hay dificultades
Residentes en el municipio El
Limón, en la provincia Independencia, paralizaron el transporte hacia
Haití por esa zona en reclamo del suministro de agua potable y el
servicio de electricidad, dos componentes vitales para ellos.
Los manifestantes indicaron que llevan más de cinco días sin recibir agua. En la jornada de protesta, los moradores de El Limón bloquearon con escombros y troncos de árboles la carretera que comunica a esa población con el municipio de Jimaní. Al lugar fue enviado un contingente militar para tratar de regularizar el tránsito.
El Limón es un área de actividad
agrícola y comercial, tomando en cuenta que por allí transitan
diariamente “patanas” y otros vehículos hacia Haití, atravesando antes
el punto fronterizo de Mal Paso, próximo a Jimaní.
Los residentes de El Limón advirtieron que no aguantarán más apagones.
Perjudicial
Expertos consultados aseguran que la quema y deforestación han sido los enemigos de los ríos que posee la zona sur del país.
¿Y las autoridades?Aunque la sequía es un fenómeno natural, los residente en Azua, Barahona y otros pueblos piden mayor presencia y apoyo estatal”