NUEVO OBISPO! Optimista de rol

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BIENVENIDO A CASA! Andrés Romero, optimista por su rol como obispo de Barahona
Natalí Faxas/Tomado de El Caribe
Sin tener todavía un plan de trabajo, el sacerdote ya muestra su cariño por los barahoneros
La primera impresión que da el
reverendo Andrés Napoleón Romero Cárdenas, recién electo obispo en la
Diócesis de Barahona, es que es un hombre joven y apacible. Este oriundo
de la comunidad La Peña, en San Francisco de Macorís, fue nombrado
sacerdote hace 20 años (1995) y 16 de ellos los ha dedicado a la
formación de seminaristas.
El próximo 25 de abril, fecha en
que será ordenado como obispo, dejará su ciudad natal para comenzar su
nuevo rol. Avanza que entregará lo mejor de sí y aun sin planes para
Barahona, sustenta que prefiere conocer y adaptarse una Diócesis que
funciona desde el 1976. “Vamos a ir a trabajar, no vamos a descubrir la
fórmula del agua tibia”, destaca a elCaribe. Eso sí, desde ya muestra su
cariño por los barahoneros. “Soy de San Francisco y, naturalmente,
quiero mi ciudad de origen. Pero desde que me comunicaron la noticia
(nombramiento) ya mi corazón está vibrando por Barahona…Ya tengo una
segunda ciudadanía”, dice el religioso, de 47 años.
Además de la alegría, ¿Le generó incertidumbres este nombramiento?
Cuando se supo la noticia la gente se desbordaba abrazándome y
felicitándome. A veces -por la reacción que tenía- me decían “y es que
usted no está contento”… Uno está abrazando y recibiendo felicitaciones y
uno también está pensando en la gran responsabilidad que asumirá y lo
pequeño que uno es, las limitaciones que uno tiene. Todos esos
sentimientos se convergen y tienes que esperar los días para asimilar la
información. Con la noticia yo quedé impactado y fue a los tres días
que volví en sí, porque en verdad uno sabe que es una misión muy grande.
La confianza en Dios y el apoyo de la gente te hace saber que serás
bien recibido. Yo voy a integrar a un trabajo, no voy a descubrir la
fórmula del agua tibia. Esto es un camino, una experiencia que inicio y
de seguro habrá muchos desafíos. El día a día te irá presentando
situaciones y con la ayuda de Dios y la colaboración de la gente tengo
la esperanza de que voy a ir dando luz y cuerpo a mi misión.
¿Cuáles son sus prioridades, su plan de trabajo en Barahona?
Estoy viviendo el momento desde que se comunicó la noticia.
Estoy viendo el día a día y ahora me encuentro muy concentrado en la
celebración de la ordenación. No dejo de pensar en el trabajo que me
espera y hay un proceso que hay que vivirlo. Yo no conozco Barahona.
Hice una visita y volveré otra vez para conocer el área para conocer los
procesos internos pastorales de la Diócesis. Cuando llegue voy a
iniciar un proceso que no sé cuánto me va a costar conocer… Ojala se dé
lo más rápido posible y en ese sentido me voy a ir haciendo
expectativas. Desde el 1976 esta Diócesis tiene un camino amplio
recorrido y voy a integrarme a ese proceso que ellos tienen con mi mejor
disposición, dando lo mejor que pueda dar.
¿Cómo se dio cuenta de que su vocación era ser sacerdote?
Recuerdo haber entrado al seminario en el 1983. La vocación de
sacerdocio es un llamado de Dios y él llama a través de los medios y en
mi caso, precisamente, fue a través de un medio de comunicación, de la
radio. Yo escuchaba los programas de Radio Santa María y eso fue
despertando en mí esa inquietud. Hablaban los seminaristas, escuchaba la
misa y ellos motivaban a los jóvenes a que respondieran el llamado de
Dios. Yo siempre me preguntaba si tendría el privilegio de recibir ese
llamado y fue entonces cuando compartí mi inquietud con un seminarista
de mi parroquia. Eso ya me bastó para comenzar a motivarme y en el año
83 entré al Seminario Menor Santo Cura de Ars.
Coméntenos brevemente su trayectoria como sacerdote.
Fui ordenado en el 1995 e inmediatamente fue enviado como
rector del Seminario Menor San Francisco de Asís, en San Francisco de
Macorís. En el 1998 ingresé a la Pontificia Universidad Gregoriana, en
Roma, para estudiar teología bíblica. Regresé tres años después y fui
enviado al seminario Santo Tomás de Aquino como formador en el área de
filosofía. Fuí decano de la Facultad de Filosofía de este seminario
durante tres años. Luego pasé a ser coordinador de los estudios de
teología en la Facultad de Teología, prestando servicio como formador y
profesor. También fui profesor en la Universidad Católica Tecnológica
del Cibao (Ucateci). En fin que he pasado poco tiempo dando servicio
pastoral. 16 años de mi sacerdocio han sido acompañando procesos de
formación de seminaristas y cátedra con los jóvenes.
¿Qué mensaje les da a los barahoneros que lo están esperando?
Quiero decirle a la gente de Barahona que si bien es cierto que
soy de San Francisco y naturalmente quiero mi ciudad de origen, cuando
se me comunicó la noticia de que sería obispo allí, inmediatamente ya mi
corazón está vibrando por Barahona, ya tengo una segunda ciudadanía.
Nuestro corazón y nuestra mente están puestos en Barahona y vamos con
mucho optimismo, con muchas esperanzas. También les pido que aprovechen
este tiempo de Cuaresma para que oren por un servidor y por la Diócesis,
para que el Señor siga haciendo su obra, para que siga edificando su
reino.
¿Cómo valora usted el desempeño de papa Francisco?
En lo particular, esa forma tan simple de ser Papa, de ser
pastor me ha impactado. Francisco me irradia mucha alegría. En mi
sacerdocio él me ha aportado mucho en estos últimos tiempos, porque veo
en él encarnado lo que yo quiero ser como sacerdote, lo que estoy
llamado a ser… El Papa nos está enseñando a todos, nos está enseñando a
Cristo y nos está mostrando que por elevado que sea un cargo y una
responsabilidad, se debe ser el más simple, el más sencillo. Francisco
nos está llamando a la humildad y a la sencillez y eso es lo propio de
la fe. Él es una persona muy inspiradora y para nosotros que nos
iniciamos como obispos es un gran referente.
Fue ordenado como sacerdote en el 1995
Romero Cárdenas nació el 24 de
julio del 1967. Viene de una familia de ocho hermanos, de la comunidad
Ramonal, en el distrito municipal de La Peña, en San Francisco de
Macorís. Al momento de su elección era párroco de la catedral de Santa
Ana, de esa ciudad. Es licenciado en filosofía y literatura, ciencias
religiosas y teología bíblica. Desde su ordenanza como sacerdote (1995)
se ha desempeñado en diversos cargos, como decano de las facultades de
Filosofía y Teología del Seminario Santo Tomás de Aquino. También
director del Centro y de la Casa de Espiritualidad Getsemaní y párroco
de las parroquias de Espíritu Santo y de San Pedro Apóstol, también en
San Francisco.