Por Mayobanex De Jesús Laurens.
BARAHONA.-Siempre recuerdo mis años de
secundaria en el Liceo Dr. Federico Henríquez y Carvajal, de esta ciudad
de Barahona, las dificultades económicas en el hogar de mis padres y la
lejanía para el traslado ida y vuelta hasta el centro docente para
recibir la enseñanza de formación.
La biblioteca del liceo contenía
todas las grandes obras de autores clásicos y contemporáneos. En cada
recreo compraba el famoso bombón y el frío frío, para luego irme hasta
ese lugar y continuar el libro que había seleccionado leer, hasta que
tocaran el timbre de retorno a clases. Decenas de obras pude leer de esa
forma.
En las noches, en mi casa,
aprovechaba el tiempo para leer los libros que nuestro padre adquiría, y
siempre consultaba la Enciclopedia Cumbre Ilustrada, un mundo de
conocimiento para ese entonces. Don Quijote de la Mancha, Hamlet, Otelo,
El Mercader de Venecia, El Rey Lear, Macbeth, La Vida del Buscón, El
Lazarillo de Tormes, La Celestina, El Conde Lucanor, Romeo y Julieta,
apasionaban mi vida con la lectura de esos clásicos.
La Guerra y La Paz, Ana
Karenina, 20 Mil Leguas de Viaje Submarino, Robinson Crusoe, La Isla
Misteriosa, La Ilíada y la Odisea, Vida de los 12 Césares, La Divina
Comedia, Vida de Grandes Pintores y Escultores, Diálogos Socráticos, El
Hombre Mediocre, El Fausto, Fuente Ovejuna, Quo Vadis, Los Miserables,
La Madre, Crimen y Castigo, El Conde de Montecristo, La Dama de Las
Camelias, entre otras grandes obras que todavía memorizo el argumento y
varias citas notables de ellas dieron base a mi formación.
La universidad me llevó a un
mayor interés político y las obras de carácter social, Varias obras de
Bosch, tales como: La Mañosa, Cuentos en el Exilio, 33 Artículos de
Temas Políticos, Dictadura con Respaldo Popular. Las ideas marxistas
fulminaron mi mente y El Capital, El Manifiesto Comunista apasionaron mi
vida en esa época de la llamada Guerra Fría. Fue entonces cuando me
interesé por El Príncipe, El Político, Las 48 Leyes del Poder, Fouché,
El Arte de la Guerra, El Arte de la Prudencia, entre otras obras
maravillosas relacionadas con las ciencias políticas.
No existía Internet, menos
computadoras. Todo se dificultaba, los recursos económicos familiares
complicaban una buena enseñanza y formación académica. Ahora todo está
al alcance de un clic en una PC, accediendo a la Red. Lo peor es que
todos esos libros lo podemos leer gratuitos y hasta bajarlos para
colocarlos en nuestra computadora, pero las banalidades es lo que prima,
lo trivial, las cosas sin sentido.
Me apena ver escritos y escuchar
análisis sin contenido, sin literatura, sin conocimiento de nada, más
que saber opinar de la rutina diaria. Ya no leen, no se interesan por el
conocimiento de las grandes obras, de los grandes autores, de las
novelas y ensayos que nos dan conocimientos y sabiduría.
Es una verdadera pena que un
mundo tan extraordinario como es el Internet, con tantas maravillas para
adquirir conocimientos, sea desaprovechado por los que más deben
interesarse por su contenido, “la verdadera universidad hoy en día”.
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