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Tomado de El Nuevo Diario
Santo Domingo, 15 mar (EFE).- La
Policía Nacional dio a conocer hoy que el origen del secuestro y
posterior liberación sin pago alguno de la joven embarazada Kindelly
Domínguez Mercado, de 24 años, fue por asuntos de deudas de drogas entre
el secuestrador, el padre de la víctima y un allegado de éste.
De acuerdo a la investigación de
la institución, Kedwin Martín Domínguez, padre de la secuestrada, y
José Rafael Fermín García (a) “El Loco Fermín”, habrían despojado a
Ramón Joel Taveras Batista, alias “El Chory”, dominicano de 42 años,
secuestrador de la joven, de una serie de bienes inmuebles con un valor
indeterminado hasta el momento, por supuestas deudas de narcotráfico.
De acuerdo a la Policía, Taveras
Batista planificó y materializó el secuestro de la joven el pasado
viernes a las 9:30 de la noche mientras llegaba a su residencia en la
ciudad de Santiago, elementos desconocidos a bordo de una yipeta Montero
Sport, color rojo, se la llevaron con rumbo desconocido.
Minutos más tarde, agregó la
institución, sus familiares recibieron una llamada telefónica donde
informaban que la tenían en su poder y reclamaban la entrega de 591.000
dólares y 47 kilos de cocaína y que no le informaran nada a las
autoridades, para no matar a la mujer embarazada de seis meses.
La joven raptada fue liberada
ayer en los alrededores del hospital traumatológico Profesor Juan Bosch,
ubicado en El Pino, La Vega, pasadas las cinco de la tarde, luego de
los investigadores ubicar y visitar la vivienda de la madre de El Chory,
y ésta comunicarse vía teléfono con su hijo, quien luego de hablar con
el padre de la raptada, dispuso que fuera liberad.
La Policía dijo que persigue “activamente” a Ramón Joel Taveras Batista, que, aseguró, anda “fuertemente armado”.
Sin embargo, la institución no
explicó que la madre de El Choryu habló con este en presencia de sus
agentes, o si investigará al padre de la joven secuestrada y a su socio,
ya que la propia Policía afirma que el plagio se produjo por asuntos de
un “tumbe” de drogas.EFE